Sonia López Arribas, desconocida para la mayor parte de la colegiación, aparece en el escenario allá por el mes de abril de 2012, cuando se convocan elecciones generales a la Junta Directiva del Colegio de Médicos
Los que estábamos algo más implicados en la vida del colegio nos vemos sorprendidos por la incursión de esta psiquiatra militar a la que acompañaban en la candidaturas otros médicos, algunos de los cuales ya se habían dejado ver. La que se postulaba como vicepresidenta, Ana Sanchez Atrio era conocida por su participación en la famosa “Comisión Delegada” a la que según nos contaban, mantenía una empresa, Qualitas Qualitatis, curiosamente con la misma sede social que la correduría de Seguros Uniteco Profesional, ésa que cierne su sombra sobre el colegio desde hace varias décadas.
A Sonia la acompañaba en este proyecto Emilio Villa Alcázar, del cual yo había oído hablar muchas veces porque su empresa, Medigest Consultores, era la que comercializaba el Medimecum, y la que en los últimos años había gestionado la página web del colegio y la adecuación del mismo a la ventanilla única, recibiendo por ello una cantidad considerable de euros ( por cierto, dejó el trabajo a medio hacer). Resultaba sorprendente que un médico-empresario con negocios relacionados con el colegio tuviera la pretensión de acceder al gobierno del mismo. Sin embargo, y como vemos diariamente, ya casi de todo cabe en esta sociedad…
Del resto de los candidatos me sonaba Antonio Ramos por ser el director técnico de la publicación Calidad y Riesgo, dependiente de la correduría de la que hablábamos antes. Curiosamente, entre los redactores jefes también estaba Emilio Villa, - el administrador de Medigest- y Melchor Alvarez de Mon como director editorial, valedor y protector de Sánchez Atrio
De la tesorera Ana Fernández Vidal, el vocal de Ejercicio Libre , la vocal de Atención Primaria, la de Rurales y la de No Asistenciales, yo no había oído hablar nunca. Tampoco había oído hablar de las primas Calderón, Estefanía y Belén. En cambio, sí tuve la oportunidad de trabajar en el Hospital 12 de Octubre con el Dr. Vicente Guillén, quien se postulaba como vocal de Jubilados. El Dr. Guillén, conocido en el ambiente hospitalario por su pertenecia a los llamados “Kikos”, me dijo por esa época y sin venir a colación: “La verdad nos hará libres”. Sigo pensando a qué verdad se refería….
Nunca dejó de extrañarme la presencia del Dr. Eduardo Lobo, jefe de servicio del Hospital Ramón y Cajal, de reconocido prestigio, en este grupo. Aunque, vaya…. de los 13 miembros de la candidatura, 9 habían pertenecido a ésa “Comisión Delegada”, que cobraba por trabajillos nunca suficientemente ponderados
Cuando quedó meridianamente claro que a esta candidatura la apoyaba y financiaba el Sr. Gabriel Núñez, presidente de Uniteco Profesional comencé a entender muchas cosas. Todos los regalitos pichigüilis que entregaban a los colegiados por correo o en los propios hospitales… posavasos, portamóviles, tazas e incluso pañuelos para las señoras.
Mucho poderío y mucha “contratación” de jóvenes ajenos a la medicina que en masa acudían a la presentación de la candidatura, que actuaban como repartidores “profesionales” de propaganda electoral, como interventores en las elecciones, o como festejadores en masa tras la victoria el día de la elecciones. Sí, ésos jovencitos casi adolescentes que entraban en los baños del colegio con sus copas en las manos y que sin el menor recato osaban burlarse de los componentes de otras candidaturas.
Para mi, los trece miembros de la candidatura formaban parte del mismo grupo satélite de la famosa empresa, desde su presidenta Sonia López Arribas hasta el último vocal. No puedo decir que me inspirasen aprecio ni excesivo respeto fuera del que se debe a cualquier persona por las más elementales normas de educación. Pero no, no me gustaban e incluso me repelían
Sus primeros pasos en el colegio tras la victoria y toma de posesión el 14 de junio de 2012 me iban dando la razón. Empezando por los despidos de trabajadores del colegio a los que no se les justifica esta acción, la contratación de asesores y personal proveniente del entorno de la correduría, como la secretaria Ana Zabaleta (también procedente de Calidad y Riesgo), que empieza a firmar notas de prensa nada más aterrizar en el colegio, los frecuentes y familiares encuentros de miembros de la junta con directivos de ésa empresa y en las dependencias del mismo colegio… En fin, parecía que los temores de algunos se iban consolidando.
Sin embargo, allá por enero de 2013 y de forma sorprendente, alguien contacta con Miguel Angel Sánchez Chillón y conmigo y nos pide “que ayudemos a la presidenta, que es honrada y está perdida...” Nuestra respuesta fue unánime: “¿a la presidenta? ¿después de cómo ha llegado ahí? Pero…. ¡si sabemos quiénes son!” Casi un ¡vade retro Satanás!
Pero esa persona, tenaz e inasequible al desaliento, seguía insistiendo por varios medios: twitter, mensajes directos, correo electrónico, whatsapp…. hasta el punto de que allá por el mes de febrero y tras tanta insistencia aceptamos una cita con ella a la que hay que decir llegamos con cara larga y gran escepticismo; correctos pero muy distantes...
Nos encontramos con una mujer cordial, llana, humilde y sincera; reconoció que no sabía dónde se metía cuando se presentó a las elecciones colegiales, que la convencieron "los de siempre" y que más o menos, se sortearon los puestos en la junta. Comenzó a contar lo que le escandalizaba de lo que estaba pasando en el colegio y su desesperanza ante lo que consideraba irregularidades de procedimiento. Se lamentaba y pedía ayuda. Pero francamente, no sentimos ninguna pena… si realmente estaba tan defraudada y descontenta ¿por qué no dimitir? Y no, la verdad, los argumentos que daba para no hacerlo no nos convencían en absoluto.
Además yo pensaba ¿y si fuera todo un montaje para conmovernos y sacar algún rédito de nuestra relación? Al fin y al cabo, teníamos detrás tantos colegiados votantes como ellos…
A medida que iba pasando el tiempo se iban precipitando los acontecimientos: dimisiones en bloque de cuatro vocales por “motivos personales”, ceses de asesores y nombramientos de otros, actitudes despóticas de la vicepresidenta que se presenta a sí misma ante la Mesa de Atención Primaria como la Srta Rottenmeyer; graves irregularidades en las Asambleas de Compromisarios, sobre todo a la hora de la redacción de las actas, convocatorias de elecciones a compromisarios que se suspenden 48 h antes de finalizar el plazo y así un sinfín de acontecimientos que culminan con la desautorización pública -en la web- de la presidenta por parte de los otros ocho miembros restantes de la junta directiva., que también envían un bochornoso comunicado interno a los trabajadores del Colegio indicando que la Presidenta “no puede ordenar ni solicitar nada si su petición no se acompaña de la firma de otro miembro de la junta”.
Es entonces cuando a Sonia López Arribas no solo le retiran su confianza sino que la aislan, le impiden el acceso a las actas de los plenos, aprovechan sus reuniones en otras instituciones o la asistencia a su trabajo como psiquiatra para firmar documentos con la excusa de su “ausencia”; no le entregan la documentación que entra en el colegio ni le comunican la que sale. Ni siquiera puede recurrir a la Asesoría a Jurídica porque el abogado, Sr. Carlos Hernández Martínez Campello, casualmente, siempre está de acuerdo con los ocho magníficos (por cierto, también colaborador en Calidad y Riesgo....). El resto del personal... salvo honrosas excepciones, cabeza gacha no sea que en el reparto "me toque algo".
Y todo esto ¿por qué? por la simple razón de que se opone a la intervención de intereses empresariales en la gestión y buena marcha de las cuestiones colegiales. Además, Sonia quiere reformar los estatutos para que el colegio no pueda volver a estar hipotecado por ninguna empresa. Pero ¡peligro! si ésto sale adelante ¿cuál es el futuro de la Correduría Uniteco Profesional? ¿Es posible que poco a poco ésta vaya siendo alejada de los negocios que hasta ahora ha mantenido con el colegio?
La división llega al punto tal que incluso en las Asambleas de Compromisarios los ocho miembros de la JD no disimulan su aversión a la presidenta, le quitan el micrófono e impiden repetidas veces que pueda conducir la reunión como estatutariamente le corresponde.
En la última Asamblea, el 20 de diciembre, el lamentable espectáculo provocó la indignación de los compromisarios. En esta ocasión en que se presentaban los presupuestos de la corporación para 2014, la junta presentó unos presupuestos ajustados y basados no en los gastos reales del ejercicio 2013 sino en los presupuestos de 2012
La presidenta, que no había sido consultada y con la que no se había contado a la hora de preparar ésos presupuestos, elabora otros más realistas, basados en los gastos de 2013 y en los que se demostraba la posibilidad de un ahorro claro de 1.200.000€. Para mostrarlo a los compromisarios, comete el tremendo error de enviar a la secretaria de Presidencia el archivo que debía ser fotocopiado para entregar a los asistentes para su mejor comprensión. Como cabía esperar, el envío de este documento es interceptado por la vicepresidenta, Dra Sánchez Atrio, que sin el más mínimo escrúpulo lo confisca tres horas antes del comienzo de la asamblea.
La situación resulta tan esperpéntica que la presidenta, personalmente, tiene que encargarse de fotocopiar el presupuesto en un establecimiento cercano y por supuesto, pagarlo de su bolsillo para tenerlo disponible para entregar a los compromisarios.
Esto, que la Junta considera un desplante por parte de la presidenta, es la gota que colma el vaso de su aversión.
Poco después de estos acontecimientos, despiden al responsable de prensa, en teoría por “no cumplir los objetivos de la junta” aunque a él le reconocen que se acercó demasiado a la Presidenta”; dicho despido, improcedente, será costeado de nuevo por los colegiados. Los caprichos de la vicepresidenta y sus amigos nos salen muy caros.
Hay mil episodios más, a cada cuál más terrible y más patético pero ¿para qué ir uno por uno? La situación actual es de tal degradación que un grupo de colegiados entre los cuales me encuentro queremos convocar una asamblea extraordinaria de compromisarios en la que se plantee una Moción de Censura, siguiendo las vías que permiten los Estatutos en vigor.
Estoy convencida de que esto es lo que hay que hacer, porque los médicos de Madrid no podemos permitirnos en ninguna circunstancia y menos ahora, la degradación de esta institución que es nuestra.
Sin embargo, a mi me queda una pequeña gran herida: Sonia López Arribas tiene que ser sometida a la moción de censura con toda su junta directiva, pero no se lo merece; ella no es igual que ellos. Ha demostrado ser valiente, arrojada, honrada, honesta y con principios. Ha demostrado una dignidad y elegancia de la que sus adversarios nunca podrán hacer gala. Le ha faltado carisma y poder de liderazgo con la colegiación. Le ha faltado dar un golpe en la mesa y decir “basta ya”, haber ejercido como Presidenta y buscar la manera de evitar los desmanes de los otros. No podemos decir, todavía, que no vaya a conseguirlo. Ojalá que sí y que sea capaz de alzarse con la victoria de la honradez para, como ha dicho tantas veces, irse un minuto después de que se vayan los demás.
Pero mientras no lo haga, a los colegiados de a pie no nos queda más remedio que censurar a todo el equipo por su ineficiencia y falta de transparencia en la gestión del Colegio, amén de otras muchas cosas que ya irán saliendo.
Los Dres.Ana Sánchez Atrio, Ana Fernández Vidal, Emilio Villa, Antonio Ramos, Vicente Guillén, Ana Varas, Estefanía Bolaños y Belén Calderón (por cierto, que estas dos últimas deberían fotografiarse para que el conserje del colegio se acuerde de ellas) desde hace varios meses y cada vez con más frecuencia toman decisiones, firman documentos, renuevan contratos, convocan y desconvocan elecciones etc etc SIN CONTAR PARA NADA CON LA PRESIDENTA y lo que es peor, en muchos casos con su oposición explícita. Pero les da igual, cuando la desesperación de perderlo todo puede con uno mismo, se arremete contra lo que sea.
Soy consciente de que mis palabras no van a gustar a los señores de Uniteco y sé que eso lo suelen resolver querellándose contra todo el que saca a la luz sus oscuras tramas. Si fuesen mentiras no tendrían que usar libelos ocultando su identidad en publicaciones en redes sociales o haciéndose acompañar por guardaespaldas que te miran de reojo con las piernas separadas mientras mascan chicle
Siento que es mi obligación hacer esta defensa de Sonia López Arribas, minutos o días antes de impulsar una moción de censura contra ella. No me arrepiento de ninguna de las dos cosas y ni esta noche ni las que viene podría dormir tranquila pensando que mis compañeros médicos de Madrid puedan pensar que la Presidenta de su Colegio de Médicos es merecedora de censura por una trayectoria turbia y poco clara. Por desgracia es merecedora de ella, pero únicamente por no haber tenido la suficiente frialdad para oponerse pùblicamente a todos los que en un principio se comprometieron con ella para capitanear el barco, ocultando su verdaderas intenciones para quitarse las máscaras poco después
En estos meses, viendo la desesperación, la humillación y los agravios a que ha sido sometida la Presidenta, no he podido evitar que la que fuera mi contrincante se haya convertido en alguien a quien sinceramente aprecio porque me ha demostrado día a día su honestidad y honradez. Puede ser que nos volvamos a encontrar en distinto lado de la trinchera en un futuro no muy lejano. Es posible porque somos muy diferentes; pensamientos, ideologías y actitudes casi contrapuestas que mientras se defiendan con dignidad y honestidad, siempre respetaré.
Desde luego, por su trayectoria durante estos meses, su lucha en solitario, sus desvelos por intentar proteger los intereses del colegio, por la fuerza de sus hombros para aguantar vejaciones, por la impotencia y rabia que ha sentido, no me queda más que decir: llegasteis juntos pero NO, NO SOIS IGUALES
Gracias Sonia
Asunción Rosado
Médico de Madrid
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