Los 40.000 colegiados de Madrid hemos recibido esta carta del ICOMEM (de imprescindible lectura para dimensionar la gestión de la Institución) en la que figura el sello general del Colegio, la leyenda "la Junta Directiva" y seis firmas, sin identificación de cargo ni nombre de los que rubrican. En dicha misiva se pone de manifiesto que ante la reciente convocatoria de elecciones, previstas para el próximo 18 de febrero, de la que saldrá una nueva Junta Directiva, se pospone la Asamblea de Compromisarios que tendría que celebrarse en diciembre, prorrogando el presupuesto de 2012 hasta que una nueva junta convoque dicha Asamblea.
Sin embargo, en esa carta no se indica en qué fecha se celebró el Pleno de la Junta Directiva o el número del orden del día por el que se ha adoptado semejante acuerdo, ni mucho menos quién o quiénes se hallaban presentes en la misma ni aquellos que votaron favorable, desfavorable o se abstuvieron en ese punto del orden del día, algo inaudito dada la trascendencia del acuerdo adoptado. Estas omisiones constituyen un nuevo incumplimiento y una nueva dejación de funciones de la actual Junta Directiva. Sin embargo, no es ello lo más preocupante.
Lo que realmente resulta inadmisible es el hecho acreditado de que la Junta Directiva no ha tenido voluntad, en ningún caso, de finalizar la proclamación y elección de los nuevos compromisarios, y recordemos que el cargo de los anteriores caducó en el año 2013 conforme a lo dispuesto en el artículo 30.4 de nuestros Estatutos.
Además de lo que esto supone por sí, tengamos en cuenta que esto trasciende más allá, dado que es requisito imprescindible para ser miembro de la Comisión de Recursos el ser compromisario, por lo que la actual comisión, presuntamente NO ES ESTATUTARIAMENTE VALIDA y por tanto las resoluciones que pueda estar tomando desde 2013, presumiblemente INVALIDAS
Lo que realmente resulta inadmisible es el hecho acreditado de que la Junta Directiva no ha tenido voluntad, en ningún caso, de finalizar la proclamación y elección de los nuevos compromisarios, y recordemos que el cargo de los anteriores caducó en el año 2013 conforme a lo dispuesto en el artículo 30.4 de nuestros Estatutos.
Además de lo que esto supone por sí, tengamos en cuenta que esto trasciende más allá, dado que es requisito imprescindible para ser miembro de la Comisión de Recursos el ser compromisario, por lo que la actual comisión, presuntamente NO ES ESTATUTARIAMENTE VALIDA y por tanto las resoluciones que pueda estar tomando desde 2013, presumiblemente INVALIDAS
Tampoco tenemos constancia de si conforme al art. 20 de los Estatutos la Junta Directiva ha encargado la auditoría de gestión y la económico financiera que son preceptivas, y lo más importante, y para el caso de que se hubiese llevado a cabo, ¿quién y ante quien se dará cuenta de las mismas?.
Imaginemos que se hacen dichas auditorias y estuviesen plagadas de salvedades... preguntamos ¿cómo se exigirá a la actual junta su responsabilidad de gobierno de la Corporación?
Imaginemos que se hacen dichas auditorias y estuviesen plagadas de salvedades... preguntamos ¿cómo se exigirá a la actual junta su responsabilidad de gobierno de la Corporación?
Pero desgraciadamente hay más. Es el Pleno de esta misma Junta Directiva el que propone la fecha para las nuevas elecciones, a sabiendas de que no se ha convocado la Asamblea General, que es el órgano supremo de gobierno de la Corporación, a la que le correspondía la aprobación, dentro del último trimestre del año, del proyecto de presupuesto de ingresos y gastos. Su convocatoria es preceptiva conforme el art. 31.1º de los Estatutos colegiales.
La Junta Directiva ha sido incapaz de aprobar la liquidación de cuentas de cada ejercicio económico durante su mandato (excepto las de 2012, probablemente mérito de la anterior junta). Tampoco ha sido capaz de aprobar los presupuestos que se han venido prorrogando anualidad tras anualidad.
Nos indican en el escrito al que hacemos alusión que no realizan la aprobación del presupuesto del próximo ejercicio, todo ello debido a una presunta magnanimidad de la Junta Directiva actual, al no querer convocar la Asamblea correspondiente para que el próximo equipo de gobierno pueda llevar a efecto su programa; realmente lo que están impidiendo es que conforme a las competencias que dimanan del art 29 de los Estatutos se pueda exigir la responsabilidad política a los miembros de la Junta actual. Nos tememos que la realidad sea que la actual Junta de Gobierno prevé idénticos resultados que en anteriores asambleas, con el consiguiente bochorno, sonrojo y reprobación para la Junta Directiva que no ha conseguido ni aprobar cuentas durante su mandato, ni mucho menos presupuestos, que ha debido ir prorrogando. Esto sin mencionar la dificil y vergonzante tesitura de no saber a qué compromisarios habría que convocar. ¿A los antiguos? ¿Incluso estando nombrados los actuales a falta de los de la Mesa de Hospitales? ¿A los nuevos, insistimos, sin estar nombrados en su totalidad?
Resulta descabellado que además se permitan dictar a la Junta saliente de las próximas elecciones cómo llevar a cabo su gestión, estableciendo tanto el techo de gastos para el ejercicio 2016, como ordenándoles la manera de gobernar mediante la trasferencia de créditos no agotados de los fondos de unas partidas presupuestarias a otras de diferentes capítulos.
Estamos ante una estratagema de la actual Junta, que no presenta el estado de ejecución del presupuesto a la fecha de la convocatoria de las elecciones, de forma que “se va de rositas” sin que se le haya podido controlar sus gastos durante este periodo, ni se hayan sometido a las preceptivas auditorías, o lo que es peor, para el caso de que lo hubiesen llevado a efecto lo mantienen silente a fecha de hoy, lo que no puede significar más que una cosa: el remanente para ejecutar el programa de gobierno de la Junta saliente de las urnas estará abocado de esta manera tan “magnánima” a no poder cumplir sus compromisos de gobierno, al menos en la primera anualidad.
La cruda realidad es que el nuevo gobierno de los médicos que salga de las urnas se encontrará ante una Corporación paralizada, colapsada por la desidia y negligencia de la Junta Directiva actual, llegando a tutelar por asfixia presupuestaria al nuevo gobierno de los médicos madrileños.
Por último, pero no en último lugar, no podemos dejar de reseñar que se trata de un escarnio, una burda mofa a los médicos madrileños al manifestar en su carta: “no queremos dejar pasar la ocasión para agradecer la labor de seguimiento y control de nuestro trabajo que han venido desarrollando”, cuando precisamente lo que se desprende de esta misiva es lo opuesto, al no permitir, tal y como dicta el art. del art 29 de los Estatutos que se pueda exigir la responsabilidad política a los miembros de la Junta.
Continuando su manifestación con esta aseveración: ”Sabemos que muchas veces no es fácil acudir a las Asambleas en las que, en la mayoría de las veces, se tratan temas bastante alejados de nuestra profesión y más cercanos a la de abogados y economistas”. Es un reconocimiento explícito y expreso, de los firmantes de la carta de la que venimos haciéndonos eco en todo el escrito, de la escasa dedicación que han tenido durante estos largos cuatro años hacia los verdaderos problemas e intereses de los médicos colegiados de Madrid, reconociendo que se han dedicado más a cuestiones de abogados y economistas.
La corresponde “el mérito” a la actual Junta Directiva de la trazabilidad cronológica de este despropósito, del desamparo, del desgobierno, de la inacción hasta la completa paralización del Colegio de Médicos de Madrid, y sabedora de todo ello decide convocar elecciones, nuevamente sin asumir ni sus compromisos ni sus obligaciones estatutarias, en una interminable huida hacia adelante.
Sugerir que los médicos "sigamos participando de forma activa y con la misma intensidad en la vida colegial" es algo que no deja de sorprender, ya que de todos es patente que la apertura del Colegio a los colegiados es un hecho inexistente.
Ésta es la despedida de la actual Junta Directiva al frente del gobierno de los médicos de Madrid, muy acorde con lo que ha venido siendo su gestión y su actuación desde que tomaron posesión de sus cargos. Triste, muy triste, más para aquellos que nos tomamos muy en serio este Colegio Médico, nuestra profesión, y la defensa de los intereses de nuestros compañeros.
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