A primeros de octubre de 2010, Juliana Fariña es dada de baja laboral; cómo y por que, no lo sé, pero antes de este momento yo ya había insistido a la JD en la necesidad de tomar alguna decisión con respecto a la situación de la Presidenta ante su falta de operatividad y su dependencia de intereses externos al Colegio, como eran la Consejería de Sanidad y, probablemente, la empresa de siempre. Creo que demasiada gente aprovechó ese desgobierno relativo para sacar beneficio propio y no me refiero a los miembros de esa Junta Directiva siempre bajo sospecha para alguna prensa sanitaria, sino a los que revoloteaban alrededor del Colegio y de sus órganos. A lo largo del relato se irán desvelando
Ante la ausencia de la Presidente y al tener un poco más de libertad para trabajar en la vocalía por los intereses de la Atención Primaria, algunos compañeros y colegas me plantearon de manera muy informal, la posibilidad de formar una candidatura a las elecciones al Colegio de Médicos que serían año y medio después; me estoy refiriendo a miembros destacados de sociedades científicas médicas y otras instituciones que veían el grado de deterioro de la Corporación y las posibilidades de trabajar desde la transparencia; sin embargo no tomé demasiado en serio la propuesta ya que después de conocer el Colegio desde dentro, se me antojaba empresa de bastante dificultad y no contemplada en mi futuro .
Uno de los que me hizo esa propuesta, aunque no de los primeros, fue Juan José Díaz Franco, vocal de Atención Primaria de la OMC al que desde la Presidencia del Colegio y desde la vocalía de AP, habíamos prestamos apoyo por su interés en ser vocal nacional, aún sin ser Médico de Familia o Pediatra de AP. Para mi era un auténtico desconocido de verbo educado y con buenas maneras; fueron bastantes veces las que me habló de presentar una candidatura al Colegio de Médicos de Madrid pero no me pareció ver en él intereses ocultos, solo el beneficio de la institución
Miguel García Alarilla, Presidente en funciones, también nos manifestó al resto de miembros de la junta su intención de presentarse a las elecciones del Colegio e incluso nos propuso a algunos de nosotros formar parte de su candidatura. Esto ocurría antes del verano de 2011 y yo, desde el primer momento le expresé mi intención de no repetir la aventura colegial, además de no querer formar parte de su equipo por importantes diferencias en la manera de contemplar un Colegio de Médicos moderno.
Mientras tanto, en la JD empiezo a tener conocimiento de cómo están los contratos y sus condiciones; a raíz de ello se desata una pequeña guerra interna por la supuesta mala gestión de la Fundación Icomem y de su director el Dr Jesús Lago, cirujano del H. Gregorio Marañón y una de las debilidades de Juliana Fariña. Había sido nombrado por el Consejero Güemes Gerente del Hospital de Arganda viéndose obligado a dimitir porque según apareció en la prensa, facturaba al Colegio a través de una empresa a su nombre,
Con este escenario llegamos al mes de septiembre de 2011 en el que Juliana Fariña es dada de alta laboral. Desde el primer día que aparece por el Colegio queda claro que viene con unas ideas prefijadas en cuanto a la renovación de los contratos que le ha propuesto la correduría y a proteger las irregularidades que aparecen en las cuentas de la Fundación ICOMEM, cuyo Director , Jesus Lago, también tiene un histórico de relaciones con Uniteco. Se suceden reuniones de la JD y del Patronato de la Fundación bastante convulsas, aunque ya en ese momento el grado de conocimiento que el resto de los miembros de la JD teníamos sobre los negocios del Colegio hacían que ya no actuásemos como Don Tancredo y que con esa oposición se fuese incrementando la presión de la correduría.
El viernes 21 de octubre de 2011, Juliana Fariña, Presidente del ICOMEM, sale de su domicilio, al parecer con destino a Extremadura en un coche con chófer (Gonzalo Durán) perteneciente a la correduría. No se la vuelve a ver hasta el día 17 de noviembre en una Asamblea que traería historia. Durante ese tiempo se reciben en la sede de Santa Isabel documentos firmados por Juliana Fariña, siempre con firma exactamente igual, sin desviarse un milímetro en la rúbrica, y en el mismo formato de papel con el logo del Colegio que usa la correduría para sus documentos. A estas alturas me sigo preguntando ¿como se puede justificar que la correduría use documentos con el membrete del Colegio de forma asumida por todos y sin tapujos?
Estos documentos "firmados" por la Presidente ausente reflejaban nombramientos, destituciones o cambios de puestos de miembros destacados del Colegio; convocatorias de Juntas Directivas y órdenes del día controvertidos. A esas Juntas obviamente nunca acudió la Presidente Fariña, que estaba en paradero desconocido y con el teléfono móvil apagado. En las órdenes que entraban en el Colegio se llega a destituir al Jefe de la Asesoría Jurídica (Carlos Hernández Martínez Campello) y nombrar a José Luis Antolín Navarredonda, abogado del entorno de Uniteco, como único responsable de los asuntos de la Presidencia y de las cuestiones jurídicas del Colegio. También llega un nombramiento a favor de Jesús Lago mediante el cual pasaba a ser el máximo responsable del Colegio y representante de la Presidente en su ausencia (recordemos que el Dr. Lago ni siquiera era miembro de la Junta Directiva). Parte de estos documentos son presentados por el citado abogado Antolín acompañado por un Notario.
Recuerdo como un maremagnun las noticias, documentos, órdenes, contraórdenes, etc de las que se presentaban varias cada día y siempre con sello de entrada en el Colegio. Muy curioso que las cuestiones de tal relevancia tuviesen sello de entrada en lugar del de salida, como debería pensarse... La situación era de máxima tensión tanto en la Junta Directiva como en los trabajadores, que no eran ajenos a la presión que se estaba sufriendo con los escritos y requerimientos “firmados” por la Presidente Fariña con una intencionalidad clara de colocar a personas en puestos claves de la institución y renovar contratos con la correduría y algunas de sus empresas satélites.
De forma paralela a todo esto, los compromisarios de la Asamblea comenzaron a recibir llamadas de teléfono o visitas en sus domicilios o lugares de trabajo de algún supuesto trabajador de Uniteco. En todos los casos se identificaban como “amigos o colaboradores de la Presidenta” y que, dado que ésta estaba muy ocupada, le querían proponer en su nombre que firmasen la petición de una Asamblea de Compromisarios Extraordinaria. El gancho era bajar la cuota colegial un 5% y el objetivo, también incluido en la petición, convocar elecciones anticipadas. Personalmente tengo claro que Uniteco veía que dejaba de controlar el Colegio y que en ese momento sólo ellos tenían la capacidad operativa y el capital para organizar una candidatura de noviembre a enero. Con esa argucia consiguieron las firmas en pocos días y en medio de un clima de tensión se convocó la citada reunión para el 17 de noviembre.
En ese contexto y dada la tensión acumulada decido convocar por mi cuenta una rueda de prensa y así se lo comunico al resto de la Junta Directiva. Yo personalmente me hago con algunos documentos para corroborar lo que voy a contar y yo personalmente llamo a medios de información general y de información sanitaria. Quedamos en la puerta del Colegio el 3 de noviembre a las 13 horas. Cuando llega un número suficiente de periodistas, nos vamos al aula Ramón y Cajal y allí les desgloso con todo tipo de detalles, los entramados de la correduría de seguros y de las empresas que dan servicio al Colegio y que también pertenecen a la misma: todo lo que hasta ese momento yo conocía y que posteriormente ha crecido exponencialmente.
Utilicé el término “cáncer para el Colegio” para definir la presencia de la correduría y “metástasis” para cada una de las empresas que daban servicio a la institución y que pertenecían al mismo entramado: empresa de congresos, la revista, la página web, catering, la seguridad, la propia Qualitas Qualitatis que intermediaba el pago a la Comisión Científica de Álvarez de Mon. Todo revertía, a través de testaferros, en la familia Núñez o ellos mismos se encargaban de administrarlas o representarlas. Hasta en la negociación de la Vocalía de Ejercicio Libre con las empresas aseguradoras estuvo presente Nuñez en nombre del Colegio y, presuntamente, con el fin de barrer para su negocio.
No sé cómo se enteraría pero en esa rueda de prensa estuvo presente y sin nadie saberlo una persona mandada por la propia aseguradora. Yo personalmente había hecho la llamada telefónica a cada uno de los medios por lo que alguna filtración tuvo que haber; esta presencia inesperada sería fundamental para argumentar la querella que la correduría pondría en mayo de 2012, sobre parte de la Junta Directiva por lo dicho durante esa rueda de prensa
A la salida del aula y en una de las pequeñas mesas del bar del Colegio, comí con Julián Ezquerra, Secretario de Amyts y sobre uno de los manteles de papel, me hizo un boceto de cómo entendía él debía ser un colegio profesional. Me propuso formar una candidatura basada en los pilares y principios fundamentales de la profesión. Le comenté que no era el primero que me lo proponía e incluso que me lo habían preguntado en la rueda de prensa que se acababa de celebrar. Me propuso organizar una reunión en la propia sede de Amyts en la calle Covarrubias donde podríamos reunirnos representantes de sociedades científicas, de grupos de médicos, grupos de opinión, miembros de su sindicato, el vocal nacional de AP, etc, para iniciar una propuesta de lo que debería ser una candidatura basada sólo en el servicio a la profesión y con una propuesta de limpieza , honestidad y espíritu de cambio.
En el siguiente capítulo describiremos cómo transcurrieron estas reuniones, cómo se gestó la idea de una candidatura y cómo se desarrolló y las consecuencias que tuvo la Asamblea del 17 de Noviembre
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